viernes, 10 de abril de 2020

De confinamiento y otros relatos 3



"Fue en ese cine, te acuerdas, en una mañana -Al Este del Eden-..."  

Hasta siempre Aute, tu sensualidad y la belleza de tus canciones me han acompañado siempre y recorren muchos de mis momentos salvados para el recuerdo. 
Mientras, nos adaptamos a una vida extraña, que a todos nos cuesta digerir.
Me cruzo camino del mercado con caminantes anónimos, con mascarillas y guantes, por calles vacías de gestos y voces.
Pensar en un mundo mejor se me perfila tan utópico com distópica parece esta pandemia.
Y en ese espacio de incertidumbre releo a la maestra budista Pema Chodrom, su libro "Cuando todo se derrumba" y pienso que las cosas que parecen derrumbarse hoy tal vez ya lo estaban. Pema me susurra con la calma de su enorme experiencia que desde la práctica  meditativa aprendió a  desprenderse del miedo y de la esperanza, al advertir que ambas son construcciones del ego. 
Son las 12 y Laia Monserrat nos invita a meditar con ella y tras la pantalla del ordenador unas encinas se muestran recordándonos los bosques que ahora, desde la ciudad, son recuerdo y su presencia nos llama a  sentarnos y sentirnos (en facebook Presencia zen en abierto).
Mi práctica me ayuda y creo que ayuda, tal vez trabajarnos desde lo interior es lo más comunitario y constructivo  para un tiempo de esfuerzos y solidaridad, de valores y serenidad. 
Situarnos en nuestro centro para ver a los otros desde el suyo trabajando juntos por el bien común, para construir redes de apoyo mutuo, para cambiar lentamente nuestro entorno y tal vez algo importante cambie en el mundo.

" .....James Dean tiraba piedras a una casa blanca, entonces te besé....." 

miércoles, 1 de abril de 2020

Del confinamiento y otros relatos 2

Empiezo este escrito y en el aleatorio del Spotify suena "What's love got to do whit it" y la voz de Tina Turner inunda la habitación, así que interrumpo este escrito para bailar (............) Me gusta llenar mi cuerpo de su voz. Es un buen momento, lo aprovecho, hay muchos en el día aunque otros no.
El día después de mi aniversario, ya confinada, un intenso desasosiego me mordió el cuello, anudó mi estomago y me tensionó el cuerpo. Lo recordé, era un viejo amigo que hacia décadas que no me visitaba.
La niña de la foto convivió con él durante un largo tiempo.
A esa niña le explicaron unas monjas de amplias tocas la leyenda bíblica del Diluvio universal y el arca de Noé y el miedo a la lluvia que todo lo destruía se apoderó de su alegría.
Convivió con ese miedo que no sabía explicar, siempre pendiente del cielo. Cuando estaba despejado se sentía muy feliz y segura  pero cualquier asomo de nube la paralizaba para llenarla de desazón temiendo de nuevo el final.
Una tarde de truenos y relámpagos, de intensa lluvia y oscuridad, llegó la hora de su clase de solfeo y su madre le indicó que se preparase para la salida. Ella, llena de ansiedad se negó, pataleó, lloró desesperada pero nada de eso cambió la regla de la rutina de los martes. Su madre la sacó a la calle donde diluviaba por encima de su paraguas que se vencía por el viento y una vez allí,  a la intemperie, inesperadamente, milagrosamente  y por primera vez en mucho, mucho tiempo se sintió tranquila, extrañamente relajada y feliz.
A partir de entonces aprendió a amar la lluvia y a ser valiente.
Aquel miedo ancestral se escondió vencido en la cajita oscura del inconsciente para volver cuando se diesen las circunstancias apropiadas.
Han pasado muchos años desde esta historia y el tiempo ha sido para mí un  compasivo guía. He buceado, a ratos,  por mis fondos oscuros. Lo que aprendí me ha servido, también ahora, cuando a ratos aparece esa criatura del apocalipsis para amenazarme con morderme la nuez y luego tragarme. Hoy lo saludo, lo acojo mientras me tumbo para relajarme y agradezco tanta felicidad vivida y por vivir, corro con él pasillo abajo, pasillo arriba convocando a la dama Adrenalina para que lo agote y cansado se retire más pequeño, menos violento a  su cajita cada día más diminuta.
Ahora suena The Best y no dudo, os dejo, debo tomar de la mano a la niña del relato para bailar, las dos nos lo merecemos!
Gracias Tina!


lunes, 30 de marzo de 2020

Del confinamiento y otros relatos

Y hoy llueve, tras los cristales un cielo gris oculta un sol que me ha sido amigo y consuelo en horas bajas de tanta incertidumbre. Tiempos históricos, cambios de paradigmas que deberemos orientar al bien común, intransigentemente hasta dignificar lo humano, lo interior, lo generoso, lo próximo, lo igual. Despedir lo que nos ha destruido, la avaricia, ese deseo desmesurado que nos ha llevado a un callejón sin aire por el desprecio de los poderosos.
En este confinamiento un montón de voces hablan entre balcones, conversaciones sin intimidad, abiertas a la calle, a la ciudad, al mundo.  Aprendiendo a abrazaros desde las pantallas sin saber cuándo podremos abrazarnos sin miedo. Aplaudimos a nuestros sanitarios, yo a todos, a todas y a mi hermana que cada día se traga el miedo mientras se calza la mascarilla para atender a los enfermos. A mi pareja que salta bien temprano de la cama para que los más necesitados tengas todo el soporte que necesitan.... Tantos y tantas personas generosas y arriesgadas desplegando amor en forma de coraje.
Todo esta cambiando y el mundo tendrá que cambiar.
Tomemos mayor conciencia de nuestro SER, cada uno y todos juntos elevando nuestra conciencia de seres libres!
Dejémonos sentir la vida, sentémonos para sentir y construyamos en nuestras mentes y en nuestros corazones otra manera de vivir más humana y hagámosla real.
Ya nadie puede salvarse solo.
Y hoy llueve......decía.

sábado, 29 de febrero de 2020

Al dictado del observador...


Ahora tienes tiempo, te dicen. Recuerdas el Eclesiastés: "Todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo..."  y su percepción, añadirías. Piensas en la maravilla de los distintos tiempos que te han habitado: el tiempo de lo imaginario que creó tu resiliencia a la adversidad; el tiempo de lo mítico que te regaló la comprensión de los arquetipos; el tiempo de lo onírico y sus imágenes caóticas, sin sucesión, para interpretar lo oculto; el tiempo de la vigilia dónde manifestar tu esfuerzo cotidiano para reanudar lo que dejaste ayer; el de la fragmentación, un tiempo loco sin sucesión ni perspectiva, sin aprendizaje.  
Estos y otros tiempos aún siguen viviendo en ti, manifestando tu ser, aunque ahora el tiempo de la revelación se abre para ti y viste tu conciencia de flores de sabiduría, de lentitud para la interioridad, donde te observas con perspectiva y unes todas tus partes para darles significado y descifrar tu enigma, para reunir lo que has creado y agradecer lo que tu alma ha expresado, para sentir como tu historia ha ido impregnando de conocimiento tu humanidad. 
Un espacio real desde donde dialogar con tus espejos.....

Foto Montse Subirats
Text propi

jueves, 13 de febrero de 2020

Al dictado del observador....

Sigues tu peregrinaje y llegas a la puerta de la Basílica. Sientes cansancio aunque tu mochila apenas pesa ya. Necesitas entrar al espacio que ayer fue puente entre tierra y cielo,  lugar para lo sagrado, aunque hoy vuelva a estar ocupado por mercaderes... Grupos de turistas hacen fotos y no reparan, tal vez abrumados por las prisas, que no podrán llevarse la luz que proyectan los vitrales. Sólo está ahí para sentir.
No llegas de vacío a la meta, traes como ofrenda la vida que viviste y el tiempo nuevo que te espera.
Te acercas a encender  una vela,  quieres quemar el tiempo viejo, oler su esencia, quieres salvar para tu historia este momento, pero sólo puedes echar una moneda para que se encienda una lamparita con forma de cirio. ¿Qué ha pasado con los ritos? preguntas...
Te llaman la atención los corazones dorados de las imágenes del fresco que parecen hablar al tuyo.  Cargas a tu espalda la mochila, aún queda camino. 
Sonríes e inicias la liturgia del regreso.

Foto y texto propios




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domingo, 9 de febrero de 2020

Al dictado del observador....

Pasas las páginas del periódico sin leerlas, aunque reparas en la sección de obituarios y allí pronuncias en tu interior  los nombres de todos aquellos desconocidos, como una oración. También agradeces que el tuyo hoy no esté en esa lista.
Respiras y ves tras los cristales de la cafetería una ciudad llena de historias, de sufrimiento.
Muchas almas ignoradas y obsesionadas en sobrevivir a pesar de la dureza.
Son las 9 de la mañana...
Sin convocarla, una bocanada de aliento te llena de vida, aunque nunca sabes si te pertenece o es ella la que te vive a ti. Ese pensamiento acapara tu mente mientras te levantas y pides la cuenta.
Y ahí te lanzas, vestida de esa soledad ineludible, a navegar por un océano de historias, de pesares, de almas que bogan también solas, como tú,  describiendo estelas que desaparecen al instante.

Inesperadamente un aire violento te revuelve los recuerdos y un vértigo recorre tu espinazo .... Miras al cielo y la ves, ella está allí... de nuevo... tan maravillosa!!!!!

Foto captada al vuelo
Texto propio

viernes, 7 de febrero de 2020

Cuando ya no estás.....


Recuerdo que me explicabas  las formas del agua cuando en el rio te bañabas llena de alegría y cielo. Miro en el álbum con tapas de piel de serpiente aquellas pequeñas fotos recortadas en crestas, donde siempre reías. Tú a quién tan poco vi reír. Joven, altiva y risueña con tu cámara de fotos siempre colgando en bandolera que recogía  perfiles, amigos y paisajes en blanco y negro. Una niña que vivió una guerra. Una niña que vivió una guerra! Una piedra en el corazón de tu vida. Observo  con atención los detalles de aquella joven que no conocí, tan feliz, tan llena de vida y de futuro. Desde aquí donde estoy ahora, también conozco tu dolor y la decepción que atravesó tu historia pero aún así entiendo el sentido de aquel momento donde entre amigos, en el mar, sentiste aquella plenitud  que te pareció infinita....
Aveces un momento redime una vida.....

Foto Teresa Santamaria
Texto propio

sinzapatosdetacon.blogspot.com

Bailan suavemente el miedo con la bondad, melodía de células vibrando entre claroscuros. Mientras, vago respetuosamente y mis pasos me guían...