No llegas de vacío a la meta, traes como ofrenda la vida que viviste y el tiempo nuevo que te espera.
Te acercas a encender una vela, quieres quemar el tiempo viejo, oler su esencia, quieres salvar para tu historia este momento, pero sólo puedes echar una moneda para que se encienda una lamparita con forma de cirio. ¿Qué ha pasado con los ritos? preguntas...
Te llaman la atención los corazones dorados de las imágenes del fresco que parecen hablar al tuyo. Cargas a tu espalda la mochila, aún queda camino.
Sonríes e inicias la liturgia del regreso.
Foto y texto propios
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