jueves, 23 de abril de 2020

De confinamientos y otros relatos 6


Tal vez vivir esta época como un peregrinaje interior. 

La peregrina lleva poca carga pues necesita aliviar el peso para andar ligera. Sabe que a la meta se llega dejando atrás aquello prescindible. La sencillez ayuda a la alegría. 
Camina disfrutando de los bosques límpidos, de las aguas que corren, del cantar de los vientos y de las lunas. 
Acoge la incertidumbre y atiende a sus sombras que a veces se hacen peso. 
Entiende que el camino es largo y que al llegar a ese lugar "sagrado" agradecerá el encuentro, llenará el espacio de bellas oraciones  y quemará las botas ya viejas junto con todo lo que pareció importante, pero tras el silencio ya no lo es.
Y volverá, porque ningún peregrinaje concluye con la llegada, sino con el regreso.
Ya caminó entre luces y sombras, se sorprendió y se enfadó, se embelesó y salió huyendo. Ya murió a lo viejo, ahora llega el momento de renacer. El espíritu de la noche le revela rutas,  e infinitos pasos la llevan hacia una serenidad construida latido a latido. Camina atenta, respira tranquila y canta canciones al viento para que se conviertan en ecos. 
Regresar, sí
Quizás, con suerte, nos lleguen esos ecos y nos contagien la ligereza de su caminar.
Tal vez...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bailan suavemente el miedo con la bondad, melodía de células vibrando entre claroscuros. Mientras, vago respetuosamente y mis pasos me guían...