Te sientes maga cuando las luciérnagas te rodean en al noche y bailas con la música de su vuelo, porque escribes versos sobre arenas húmedas para que las olas se los lleven. Percibes la vida en el minúsculo brote del hibisco y sientes el tacto tierno de sus pétalos no nacidos o la rigidez de sus hojas ya caídas. Tu espejo es el firmamento donde intuyes el secreto que aún no conoces. Ries con la mentira del tiempo y le regalas un guiño de asombro. Has gritado con la sombra, te has bañado en luz y ya por fin habitas tu lugar en el Gran Mandala.
No, no nacemos magas, pero si aprendemos a percibir más allá de nuestra mente, envolvemos la realidad de comprensión y todo deviene magia.
Foto y texto propios
No hay comentarios:
Publicar un comentario